La Grünkohl, se acompaña con papas cocidas y una buena cerveza. Normalmente con estilo "pils", que son las cervezas que por estos rumbos nórdicos abundan, pero en mi caso, porque soy rebelde je je, la acompañé con una "dunkel" de Koenig Ludwig, muy espumosita por cierto, ya que la temperatura estaba muy "tibia", 12 grados centígrados o algo así (no estaba en el refri antes y las botellas estuvieron mucho tiempo cerca de la calefacción, pero aún así, no demerita el sabor y el deleite.
Dicen que los alemanes del norte están tan orgullosos de su Grünkohl, y también de la calidad del producto crudo y de la planta en sí, que la quieren proponer como patrimonio cultural de la humanidad. ¿Será? ;-)
El postre: Pastel de queso / Kaese Kuchen |
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