23 March 2013

Comida campestre con vinito o el día de repetir la letra "M" sin parar

Ayer que fuí al Valle de Guadalupe a repartir mermeladas Tía Yadis para los buscadores de placer, aproveché para pasear por la "Ruta del Vino de Baja California" y sin planearlo, llegué a visitar un lugar que tenía ganas de ir, y que no sabía que ya estaba abierto en su temporada del 2013: "Finca Altozano", un restaurant campestre en medio de los viñedos y la naturaleza, al que había acudido el año pasado en un evento muy concurrido de las  "Fiestas de la Vendimia"

Recuerdo que me había gustado mucho el lugar: la decoración, el ambiente, la vista, etc, por eso tenía ganas de volver a probar la comida de la carta, sin evento y sin tanta gente je je...



El concepto del restaurant es rústico, campirano y la comida que ahí se sirve es elaborada con ingredientes, en su mayoría locales y asados en leña de mezquite, el menú fué diseñado por el reconocido cocinero, chef, de origen Tijuanense, Javier Plascencia. De hecho, "Finca Altozano" es otro de sus restaurantes.

Al llegar, los chicos que ahí trabajan, nos recibieron muy amablemente y gustosamente a mi acompañante y a mí, erámos los primeros clientes del soleado y agradable día.

Para empezar, pedimos un vinito elaborado por una vinícola local, "Tinto Malagón, cosecha 2012", con uvas Grenache, Cabernet Sauvignon y Merlot, ya que la cerveza artesanal en ese momento estaba "caliente". "Frontera" y "Agua Mala" son las dos marcas a disposición.


 

Mientras esperábamos la entrada y disfrutábamos el suave vinito, nos llevaron a la mesa cuatro diferentes tipos de salsa elaboradas con chile habanero, muy deliciosas todas, unas más enchilosas que otras. Mi preferida fué la que tenía lácteos y chilito habanero, si no me equívoco también tenía ajo. Las salsitas las acompañé con un panecito calentado en la parrilla, con saborcito a tatemado, ¡mmm!



La entrada fué "pulpo del pacífico a las brasas, soya, cítricos, jengibre, cilantro y cacahuate", servido en una cazuelita, parecía poco, pero quedamos muuuuy satisfechos, el sabor es realmente delicioso, explotan todos los ingredientes en la boca, un pulpo inolvidable y para recomendarlo sin ninguna duda, ¡mmm!. El plato fuerte, "un borreguito a la caja china" con una salsa roja, chile de árbol, pienso que era algo así como mojito rojo, la salsita esa deliciosa que se acostumbra a comer mucho en las Islas Canarias...¡mmm! también estaba increíblemente delicioso, la carne suave, muy aromática y muy apetitosamente presentado con arúgula y sobre un plato blanco triángular coquetón ;-)



De postre, fué un pan de elote. 

Debo decir que cuando el mesero nos lo ofreció, yo no estaba convencida de ordenarlo, ya que no soy muy amante de los pasteles de elote, pero me advirtió que me encantaría, así que, ya emocionada con tantas explosiones de sabor de la entrada y platillo fuerte, pues dí mi manita a torcer y acepté el panecito de elote... y sí, estaba
¡ríquisimo!, asado sobre las brasas y arriba una bolita de helado de vainilla artesanal, ¡mmm!, ¡mmm!, ¡mmm!. Sin duda, desde ayer veo a los panes de elote con otros ojos y los recuerdo con otro sabor je je...

 

Después de la deliciosa comida, ordenamos otra botellita de vino je je, esta vez el vino de la casa, elaborado por Luis Cetto, especialmente para Javier Plascencia, y nos fuimos a sentar a una gran barrica enfrente del área de restaurant, para contemplar más de cerca el paisaje campestre.

 

Fué una tarde muy agradable, espontánea e inolvidable. Algo más que hacer en los alrededores del pueblis que me vió nacer. 


¡Saludos y gracias por leerme! :-)

 


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